Lunes 6 marzo de 2017
La mañana se nos ha pasado en preparar papeles, gestiones y paseos por los despachos ministeriales. A pesar de las dificultades que estamos teniendo para conseguir el helicóptero, aprovechamos el tiempo abordando otros frentes.
Hemos «negociado» la compra de un carrito de fruta para los niños de Bal Mandir. En Thamel no daban crédito cuando nos han visto cargar en el taxi unos 100 kg de manzanas, naranjas, uvas, mangos y bananas. Los niños se han alegrado un montón de vernos en la cocina con tanta fruta. Les encanta y no comen mucha porque es cara para el orfanato.
El desembarco en el orfanato con toda la fruta fue una fiesta para todos. En un momento estaba colocada en la cocina y todos querían hacerse fotos. Aprovechamos también para dejar el glutaferro para los niños con anemia y programar la visita al cardiólogo de las dos niñas que identificamos con problemas en la revisión médica del sábado.
Por la noche, nos acercamos Boudhanath. Es una de las estupas más grandes de Nepal y representa el mandala. Este santuario de la religión budista está en la ruta comercial que iba del Tibet a la India. Durante siglos, los comerciantes tibetanos paraban a rezar y descansar en este lugar. Tras la invasión china del Tíbet, muchos refugiados se instalaron en los alrededores de esta estupa, lo que también ha favorecido que se hayan construido más de 50 monasterios o gompas en sus alrededores. En 1979, Boudhanath fue declarado Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.
El 27 de febrero comenzó el año nuevo tibetano: LOSAR TASHI DELEK. El 2144 es el año de la mujer, el fuego y el pájaro. Durante 15 días se celebra esta fiesta. La estupa, que hace poco ha terminado de restaurarse tras los daños sufridos por los terremotos, está especialmente preciosa en esta época del año: luces, banderas, incienso, multitud de personas rezando alrededor de la estupa y girando los molinos de oración, nos han sobrecogido.
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