Arte y ciencia, en esto consiste la cirugía. El cirujano es un hombre de acción. Ya hemos visto a Joaquín, nuestro cirujano dentista, pero ahora nos toca presentar a Jean Paul, nuestro cirujano visceral que ya es la tercera vez que participa en las expediciones médicas a Nepal de la Asociación JR Morandeira, conoce bien los objetivos, se implica en cuerpo y alma, y es capaz de integrarse en la vida y la cultura de Nepal como nadie, ¡come Dal Bhat para desayunar, comer y cenar!
Sobriedad, orden y precisión en cada uno de los gestos definen a un buen cirujano, como lo es Jean Paul. No sólo consiste en ser capaz de estudiar mucho o de hacer un buen examen teórico, consiste en ser hábil con las manos y con el corazón. El actual sistema de especialidades médicas prima los resultados teóricos sobre las habilidades manuales y muchas veces los resultados no son los esperados.
Jean Paul es un cirujano de los de antes, de los que han sido médicos primero, con grandes capacidades clínicas, capaz de tener una visión integral del paciente, de su enfermedad y sus sentimientos, no sólo de su vesícula, su apéndice o su colon. En este tipo de expediciones médicas en medio difícil, aislado y hostil, hace falta que todo el equipo humano sea versátil y polivalente. Jean Paul ha llevado a cabo pequeña cirugía en los pueblos de Saipal Valley, pero también ha pasado consulta para solucionar los problemas médicos de la población de más edad: tuberculosis, EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica), conjuntivitis, dispepsias, artrosis, hipertensiones, dolores abdominales… Y, además, ha hecho unas fotos y unos vídeos estupendos, testimonio gráfico de este proyecto.
A la hora de sacar el bisturí, todos los pacientes tragan saliva y, si pueden, echan un paso atrás. Aquí, las mujeres han de pedir permiso a sus maridos para que les quiten un lipoma, un abceso o un kiste. Ni qué decir cuando se trata de operar un prolapso rectal (en el quirófano del hospital de Chainpur). Jean Paul tiene esa humanidad y esa calidad necesarias para conectar con el paciente y que entienda lo que hace falta hacer para resolver un problema.
El acto quirúrgico implica «atentar» contra la integridad física del paciente, para bien o para mal. Esto sí que exige una verdadera «gestión del riesgo», lo que conlleva saber, saber hacer y saber por qué se hace. Quizás por esto a Jean Paul le parece poco arriesgado andar por el borde de los caminos, trepar por las piedras mojadas o comer algunas comidas poco aconsejables, consiguiendo que todos nos llevemos las manos a la cabeza, pero también sabe aportar ese toque humorístico tan necesario al día día cuando se trabaja en condiciones extremas.
Finalmente, como el quirófano de Chainpur no ofrecía las mínimas garantías necesarias para intervenciones programadas, y por mucho que nos dijeran que no tienen infecciones nosocomiales (las que se adquieren durante la estancia en el hospital), hemos dejado para el próximo año el plantear intervenciones quirúrgicas de envergadura, cuando podamos financiar pintura y limpieza a fondo del quirófano con desinfección y asepsia. ¡Contar con vuestras donaciones será imprescindible!
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Jean Paul Boyé en el quirófano del hospital de Chainpur |
Este «arte» no se aprende en los libros, ni en cursos magistrales, se llega a través de la práctica y los conocimientos empíricos que se transmiten de un maestro cirujano a sus discípulos mediante la demostración, los casos compartidos y la transmisión de valores. Todo un aprendizaje y estilo de vida que imprime carácter, que marca una impronta en lo más hondo en aquellos que han conseguido integrar en su ser todo lo que conlleva la profesión y han llegado conseguir un ALMA DE CIRUJANO, como es el caso de Jean Paul Boyé.
Podéis hacer vuestras donaciones en:
BBVA (Fundación Edurne Pasabán): ES12 0182 0300 15 0201552754
BANKINTER (Asociación José Ramón Morandeira-CUEMUM): ES73 0128 0402 59 0100028421
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